La Unión europea prepara una tasa para la banca
La Unión Europea prepara un impuesto sobre las actividades bancarias y una tasa sobre las transacciones financieras internacionales. El primero con el fin de que sean los bancos y no el contribuyente quienes se hagan cargo de los costes ante una eventual bancarrota del sector, y la segunda para compensar las ayudas prestadas al sistema financiero.
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jose manuel paniagua
lunes, 20 septiembre, 2010
Nuestro país podría recaudar entre 490 y 1.905 millones de euros con la tasa sobre actividades financieras que la Unión Europea desea introducir para hacer responsables a los bancos y no penalizar al contribuyente ante una posible quiebra en el sector. La cifra recaudada en el conjunto de la Unión europea por este concepto podría ascender a 26.215 millones de euros. El Gobierno español se muestra muy interesado en poner en marcha dicha tasa, más allá de las ya existentes en nuestro país, sería una forma de completar el fondo de garantía de depósitos. Sin embargo, el dinero recaudado por la eurotasa no iría a dicho fondo, sino a las maltrechas arcas públicas tan necesitadas de ingresos. Para que esto quede plasmado en una ley aún queda mucho y no será como muy pronto hasta la primavera de 2011 cuando se certifique en una propuesta legislativa. Mientras tanto, han sido varios los países que se han adelantado: Suecia aprobó un impuesto en 2008 y Francia, Reino Unido y Alemania han anunciado recientemente sus intenciones de hacerlo, si bien, sólo Alemania y Suecia pretenden destinarlos a fondos de resolución de crisis financieras. Lo que sí parece cuenta con menos apoyos es la posibilidad de activar un gravamen sobre las transacciones financieras a nivel global (Tasa Tobin), que podría generar unos ingresos cercanos a los 18.000 millones de euros al año en toda la UE. Este impuesto que no es excluyente del anterior, tendría la ventaja de que serviría para desincentivar las prácticas de riesgo de las finanzas, además de compensar al sector público por las ayudas y garantías recibidas de los distintos ejecutivos. Sin embargo, también podría suponer que las entidades trasladasen este gasto al consumidor, encareciendo el coste de sus servicios y lastrando el crecimiento de la economía. Imagen sujeta a licencia CC de Inyucho