

El gasto de los consumidores, que en EE UU representa algo más de dos tercios del producto interior bruto (PIB), ha crecido a un ritmo del 2,6% entre los meses de julio y septiembre, el tanto por ciento más elevado desde el año 2006.
Por su parte, el Departamento de Trabajo ha informado que el costo de la mano de obra subió un 0,4% en el tercer trimestre, y ha aumentado apenas un 1,9% en lo que va de año.
Sin embargo el auténtico punto débil de la economía norteamericana, como el de otras muchas, sigue siendo el desempleo, que en la actualidad está en el 9,6% a pesar de que la economía lleva creciendo desde mediados de 2009. Esta elevada tasa de paro sigue debilitando la capacidad de los trabajadores para negociar mejores sueldos.
El estudio sobre el PIB es el primero de los tres cálculos que el Gobierno hace sobre la evolución de la economía, y en líneas generales resultó ser el esperado por la mayoría de expertos economistas, que se han mostrado más optimistas tras la cifra más bien decepcionante que se alcanzó durante el segundo trimestre.
Recordemos que la recesión que se inició en los Estados Unidos en diciembre de 2007 ha sido la más larga y profunda desde la Gran Depresión de los años 30, y que gracias a ella se han perdido más de 8 millones de puestos de trabajo netos. Además ha ofrecido una serie de datos contradictorios, como los registrados en el último trimestre del año pasado, donde el crecimiento de la economía marcaba un ritmo anual del 5% y con todo el ejercicio cerró con una caída del PIB del 2,7%.
En 2010 la tasa anual de crecimiento bajó al 3,7% entre enero y marzo y cayó al 1,7% en el segundo trimestre. Ahora, vuelve a subir al 2,6%, pero la pérdida de confianza del pueblo americano en Obama y la necesidad de llegar a acuerdos con la oposición para sacar adelante sus medidas puede llevar a otro batacazo a finales de año.
Imagen sujeta a licencia CC de Luis Villa