

Este elevado número de millones, representa el saldo vivo que las entidades con residencia en España tienen pendiente de devolución al BCE como consecuencia de la financiación que ésta entidad les ha concedido previamente, supone un incremento de nada más y nada menos que un 78,6% respecto a los 70.703 millones pendientes en junio de 2009, y del 47,5% respecto a los 85.618 millones que los bancos debían el pasado mes de mayo. Esto es consecuencia de la falta de actividad de los mercados financieros, lo que ha obligado a la banca a recurrir al Banco Central Europeo.
El importe del mes de junio es el mayor registrado hasta el momento en la serie histórica del Banco de España, que data de 1999. Al parecer, las entidades españolas son las que más deuda tenían que refinanciar y para ello han tenido que solicitar un importe más elevado al instituto emisor, lo que explicaría que la financiación total a la Eurozona ha descendido, mientras que la de la banca española se ha disparado.
En cifras, la deuda del total de la banca europea con el BCE en junio se situaba en 496.616 millones de euros, un 17,5% menos que hace un año y un 4,24% menos que en el pasado mes de mayo. Aplicando una simple regla de tres, vemos que la deuda de la banca española era en junio el 25% del total de la eurozona, frente al 14% de los últimos meses.
La deuda española lleva creciendo escandalosamente desde el inicio de la crisis en septiembre de 2008, en aquel momento estaba situada por debajo de los 50.000 millones de euros.
El importe que el BCE concede a la Eurozona sumó en abril su sexta caída mensual consecutiva. En el mes de mayo sufrió un ligero ascenso para volver a caer en junio.
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