Y es que a pesar de que el Gobierno portugués ha negado la necesidad de que la UE acuda a su rescate financiero, la realidad es bien distinta y nos muestra que seguramente dicho rescate tenga que darse lugar a no mucho tardar ante la posibilidad de que el país luso caiga en quiebra, con el consiguiente problema de impago de sus deudas.
Muchos indicadores demuestran que dicha intervención va a ser inevitable, y que arrastrará con ello a muchos países de la Eurozona. Y es que a pesar de reducir el déficit fiscal, sigue situado en un 7,3% del PIB. Las continuos desplomes de la bolsa portuguesa tampoco ayudan a que haya más optimismo. Por si fuera poco, la prima de riesgo portuguesa se encuentra en niveles muy altos.


Situación parecida a la que viven otros países como Bélgica, Italia o mismamente España, pero con el problema añadido de que en el caso portugués el 80 % de la deuda está en manos extranjeras, lo que lo agrava, ya que están dejando de confiar en la solvencia de la economía lusa, vendiendo gran cantidad de bonos que obliga al Gobierno portugués a tener que venderlos ahora a un precio mucho más elevado, y que dificultará mucho su venta, que puede hacer que la deuda siga creciendo y endeude a más de un país, que no podría hacer frente a esa situación, por lo que los mercados y UE se van preparando para esta posible intervención de Portugal.
Por eso decíamos que este riesgo real y posiblemente cercano puede arrastrar a muchos países ante la imposibilidad portuguesa de pagar sus deudas. Siendo España la posible gran afectada, ya que según señaló el Banco Internacional de Pagos (BIS), la deuda portuguesa en manos españolas estaría en torno 77.000 millones de euros, que supondría una losa muy grande para nuestro país en caso de no poder ser satisfecha por nuestros vecinos. Para hacer frente a ello se ha sugerido que España debería pedir un crédito preventivo al Fondo Monetario Internacional con el que hacer frente a esta posible situación.
Todo ello nos enseña un oscuro horizonte a pesar de que el Gobierno portugués niega esa posibilidad de que la UE tenga que acudir al rescate. José Sócrates, primer ministro de Portugal, descarta esa posibilidad, gracias a las medidas que ha tomado su gobierno y que están teniendo sus primeros resultados positivos. Reduciendo el déficit fiscal en 2 puntos, pero que sigue estando al 7,3 %. Así Sócrates niega toda posibilidad de pedir ayuda, porque según sus palabras "Portugal está resolviendo sus problemas ". El ministro de finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, señaló en el mismo sentido que pueden soportar la actual presión de los mercados sobre la deuda de su país.
Lógicamente el Gobierno portugués intenta no sembrar más dudas, y dar una imagen de seguridad en poder salir, pero lo que está claro es que cada vez más organismos están convencidos de que esta intervención es inevitable y necesaria tanto para Portugal como para el resto de países que se verían afectados, en una situación ya de por si delicada.
Habrá que ver cómo evoluciona la situación y cómo funciona la emisión de deuda que va a hacer el Gobierno portugués y estar atentos a la influencia que hemos señalado ya en España.