Los precios han crecido el triple que los salarios con el euro
2 enero 2012 | Por AMarcos
Parece mentira, pero el próximo 1 de enero se cumplen diez años de la implantación del euro como moneda única en la zona euro, y, por tanto, también en España. A pesar del tiempo transcurrido, no son pocos los que siguen recordando con añoranza la peseta, y más cuando descubrimos datos muy reveladores sobre la evolución de los precios desde que se puso en funcionamiento el euro.
Aunque no fue hasta enero de 2002 cuando entró en vigor, llevaba años gestándose la unión monetaria. Los meses anteriores se nos fue concienciando a la población con numerosas campañas de comunicación. Todos recordaremos a la actual Princesa de Asturias, cuando realizaba su labor de periodista en Televisión Española, en alguna de estas campañas, informando a todos los españoles sobre el precio que iban a tener en euros los bienes de consumo más conocidos. También se insistía en informarnos que los precios no iban a variar con la entrada del euro, que sólo era un cambio de moneda. La realidad fue bien distinta, y desde los primeros meses se creó mucha polémica con el "redondeo" que se aplicó en la mayoría de artículos y comercios. Esta situación provocó un crecimiento de la inflación muy elevado en 2002. Pero lejos de quedarse en un hecho circunstancial, este crecimiento de los precios ha seguido siendo constante durante toda la década. De hecho, tal y como ha informado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la moneda única europea ha provocado un incremento muy elevado de los precios. El problema viene dado porque el crecimiento de los salarios ha sido mucho menor. En concreto, la cesta de la compra ha subido un 48% (hemos pasado de 4.600 euros al año a los 6.800 actuales de media), mientras que el salario medio ha crecido sólo un 14%, lo que supone menos. Por tanto, y al contrario de lo que indicaban las autoridades europeas, los ciudadanos han perdido en estos diez años bastante poder adquisitivo. A todo esto habría que sumar la crisis económica tan grande que todavía sufrimos, especialmente en nuestro país, por lo que los ciudadanos comienzan a plantearse si no hubiera sido mejor quedarse con la peseta, ya que el euro pocas ventajas nos ha traído. Por hacernos una idea, según la propia OCU, el precio del pan se ha incrementado un 81% desde el 2001; los huevos un 114%; la leche, un 48% o el arroz, con un 45%. Si nos trasladamos al sector inmobiliario, la situación es incluso más alarmante (y eso a pesar de la crisis inmobiliaria), ya que el metro cuadrado en viviendas de segunda mano se ha incrementado un 78% y en un 66% en la vivienda nueva. Las subidas son generalizas en todos los ámbitos, excepto en tecnología que dada la fuerte competencia existente, provoca que hay precios más económicos. Ante esta situación, puede que sea el momento de valorar la conveniencia de una moneda que sigue empobreciendo al ciudadano medio.