

Para ser más exactos, el IPCA entró en negativo por primera vez el pasado mes de marzo. Jamás desde que se registran estos datos desde 1997 se habían registrado una tasa negativa.
Aún hay que ser prudente con el dato. La tasa anual del IPC armonizado suele aproximarse con bastante exactitud -apenas varía en alguna décima- con la del IPC general, cuya evolución del mes de junio se publicará a mediados de julio y que tampoco había registrado nunca una tasa negativa. A pesar de la inercia de caída del IPC, tanto el Ejecutivo como el Banco de España descartan que la economía española entre en deflación. Hay que recordar que se considera de forma oficial que se entra en deflación cuando se suman dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, según la definición del Fondo Monetario Internacional.
"Sabíamos desde hace algún tiempo que el efecto del petróleo iba a dar lugar a evoluciones negativas del IPC, pero en el otoño vamos a ver cómo vuelve a cero y a tasas moderadas, pero positivas. Y por tanto, no va a haber deflación", aseguró Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, al ser preguntado sobre la preocupación que hay al conocerse el dato.
Es curioso comprobar el giro que ha dado la situación, hace casi un año, en julio de 2008, se tocó el techo, con un dato 5,3%, el IPCA. Desde entonces ha descendido más de 6 puntos, coincidiendo con la tendencia a la baja del precio del crudo y con el abaratamiento de los alimentos.