Así, la jefa del Gobierno alemán ha planteado esta reclamación en su primera declaración de Gobierno ante el Bundestag, el parlamento alemán, desde la formación del nuevo gobierno de coalición entre democristianos y liberales que implica su reelección como primera ministra de Alemania.
Merkel ha aprovechado esta intervención para reprochar duramente al grupo automovilístico estadounidense, advirtiendo que no será el contribuyente alemán quien asuma la carga principal del saneamiento de Opel, y acusando a GM de "no hacer justicia a su responsabilidad como consorcio matriz".
Sin embargo, la canciller alemana destacó la disposición de las autoridades de Berlín y los cuatro estados federados con plantas de Opel a aportar su ayuda para la reestructuración de la marca Opel. Además, Angela Merkel ha señalado que estaba a la espera de que General Motors presente un plan de futuro sólido para el fabricante europeo de automóviles. De la misma manera Merkel recordó que los trabajadores de Opel han hecho en los últimos meses grandes sacrificios y han esperado que General Motors tuviese una actuación fiable, pero "se han visto profundamente decepcionados".
Además, refiriéndose a la reciente decisión de General Motors de suspender el proceso de venta de Opel al grupo austro-canadiense Magna, y sin ocultar su irritación, la canciller dijo que lamentaba que la operación, que contó desde un principio con el apoyo de Berlín, no se haya llevado a cabo finalmente. Asimismo señaló que las autoridades alemanas esperan ahora que GM devuelva antes de acabar el presente mes el crédito puente de entre 800 y 900 millones de euros que Opel ha recibido del Gobierno alemán para asegurar su supervivencia mientras su futuro se decidía.
