

Tras la dimisión de su compatriota, por el escándalo de agresión sexual que ha convulsionado la actualidad política y económica mundial estos últimos días, todas las miradas se dirigían a Christine Lagarde. La figura de la francesa tiene cada vez mayor peso internacional, y cuenta con el apoyo de casi todos los países europeos que ven en ella la candidata ideal. Este apoyo es el que ha llevado a anunciar su candidatura a presidir el FMI, y buscando un mayor acercamiento a los países no europeos y también emergentes ha señalado que "no pretende ser la candidata francesa, ni la candidata europea".
Recientemente la revista Forbes la eligió como la 43ª mujer más influyente del mundo y la decimoquinta entre todas las que se dedican a la actividad política.
Lo que han resultado sorprendentes han sido sus declaraciones realizadas en la rueda de prensa de presentación de su candidatura, en las que reconocía el mérito de su antecesor a la hora de acabar con la crisis y reformar el FMI. Si se confirma su elección sería la primera mujer en dirigir el Fondo Monetario Internacional. A sus 55 años, esta licenciada en Derecho y máster en Ciencias Políticas, cuenta con gran experiencia en materia económica e internacional. Fue también la primera mujer en asumir el Ministerio de Economía y Finanzas de su país, y sus méritos han sido reconocidos tanto en su país como en el resto de Europa.
Ahora sólo queda esperar al 30 de junio, fecha tope para decidir qué candidato asumirá la presidencia del FMI. Decisión que se tomará en función de los méritos de cada uno de los candidatos. Algunos de los rivales que tendrá en este proceso serán Agustín Carstens, candidato que ha presentado México y las más que posibles candidaturas de Grigory Marchenko (Kazakjistán) y Trevor Manuel (Sudáfrica).