El órgano ejecutivo de la compañía aérea británica decidirá si firma un acuerdo de intenciones con su socia, para después ir detallando los pormenores durante los próximos meses, para sí cerrar los flecos legales de cara a la primavera de 2010.
Este acuerdo debería sentar las principales líneas de la operación. Por un lado, fijaría la sede financiera, que se localizaría en Londres, y la sede social , que tendría como destino Madrid. Por otro lado, también remarcaría quién podrá elegir el presidente del nuevo holding, que en este caso sería Iberia y quién nombrará al consejero delegado , que sería British Airways.
Asimismo, se debe de cerrar también el total de miembros en el consejo de uno y otro grupo. Lo habitual es que el órgano esté compuesto por entre 11 y 13 personas y que tenga el mismo número de miembros de ambas compañías, teniendo el voto de gracia el consejero delegado.
Además se establecería también la ecuación de canje que estaría cercana al 55% para British Airways y 45% para Iberia, aunque al cierre de ayer y teniendo en cuenta la capitalización bursátil de ambas aerolíneas, la proporción debería ser 58% para el grupo británico y 42% para la aerolínea española.
Hasta el momento este acuerdo de mínimos era complicado porque ambas aerolíneas tenían diferentes pretensiones. Iberia quería incluir demasiados detalles y British no. En los últimos días, la compañía británica ha resuelto uno de los grandes interrogantes que le surgieron en este proceso: conocer el nuevo presidente del máximo accionista, Caja Madrid, de su socia española antes de tomar la decisión definitiva.
